
Las tarjas de acero inoxidable con escurridor se han vuelto una solución bastante práctica en espacios donde el orden, la limpieza y la eficiencia no se negocian, como en cocinas industriales o laboratorios.
No es solo una cuestión estética o de material: tener el escurridor integrado en la misma estructura facilita muchísimo las tareas del día a día, sobre todo cuando se trabaja con altos volúmenes de utensilios, instrumentos o contenedores.
Y más allá del diseño, lo cierto es que este tipo de tarjas responde a una necesidad muy concreta: aprovechar bien el espacio, mantener todo bajo control sanitario y agilizar los procesos de lavado y secado. Porque, al final, lo que se busca es una estación de trabajo funcional que no entorpezca, sino que resuelva.
Mejores características de las tarjas de acero inoxidable con escurridor
A simple vista, parece una tarja más, pero no lo es. Las tarjas de acero inoxidable con escurridor están pensadas para facilitar el lavado y secado en un mismo punto, sin necesidad de usar charolas aparte o improvisar superficies de apoyo.
La clave está en su diseño: combinan la tina (o doble tina, según el modelo) con una zona plana, ligeramente inclinada, que permite escurrir líquidos directamente hacia el desagüe. Sin goteos por todos lados ni utensilios amontonados al borde del fregadero.
Por lo general, el escurridor va soldado a un costado (derecho o izquierdo, depende del espacio disponible), aunque también los hay con doble escurridor. Algunos modelos tienen ranuras, otros solo una ligera pendiente, pero todos cumplen la misma función: facilitar el secado sin ocupar espacio extra.
A diferencia de las tarjas convencionales, estas no requieren colocar repisas o superficies adicionales para escurrir, lo que reduce puntos de acumulación de humedad o residuos (algo muy importante en entornos que siguen normas sanitarias).
Se ven mucho en cocinas de restaurantes, comedores industriales, laboratorios de alimentos o espacios donde el manejo del agua y los objetos lavados debe ser controlado.

Ventajas de incorporar un escurridor integrado
Una de las cosas que más se agradecen en un entorno de trabajo exigente es la fluidez. Cuando todo tiene su lugar y las tareas fluyen sin interrupciones, se nota.
Las tarjas de acero inoxidable con escurridor apuntan justo a eso: hacer el trabajo más limpio, más ordenado y con menos complicaciones.
Tener el escurridor integrado ofrece beneficios muy concretos, especialmente cuando hay que lavar, enjuagar y escurrir sin perder tiempo ni contaminar superficies. Algunos de los más importantes son:
- Ahorro de espacio: se evita colocar superficies adicionales para escurrir, algo que se valora mucho en cocinas compactas o laboratorios con zonas limitadas.
- Mayor higiene: al eliminar charolas plásticas o zonas improvisadas, se reduce el riesgo de contaminación cruzada o acumulación de agua estancada.
- Optimización del flujo de trabajo: se lavan los utensilios y se dejan escurriendo justo ahí, sin necesidad de trasladarlos ni manipularlos más de lo necesario.
- Fácil limpieza: el acero inoxidable permite mantener la superficie impecable con poco esfuerzo. Además, no se oxida ni guarda olores.
- Organización visual y funcional: todo queda en su sitio, sin desorden visual ni instrumentos “estacionados” en donde no deberían.
Puede parecer un detalle menor, pero integrar el escurridor cambia por completo la dinámica del área de lavado. Y se nota.
Diseños recomendados según el tipo de operación
No todas las tarjas con escurridor sirven para lo mismo. Y eso está bien. Elegir el diseño correcto depende mucho del tipo de operación, del volumen de trabajo y del tipo de objetos que se lavan o manipulan.
A veces se necesita profundidad, otras veces se necesita superficie para escurrir más cosas al mismo tiempo. Todo está en saber qué se va a hacer ahí, exactamente.
Por ejemplo:
- En cocinas industriales donde se lavan ollas grandes o utensilios voluminosos, conviene una tarja profunda, de doble tina, con escurridor ancho y superficie reforzada.
- Para el lavado rápido de utensilios pequeños o herramientas ligeras, funcionan muy bien las tarjas compactas con un solo escurridor lateral, sobre todo si el espacio es limitado.
- En laboratorios o áreas donde se manejan sustancias químicas, lo ideal son tarjas de acero inoxidable grado alimenticio o tipo 316, con bordes antiderrame y escurridor liso, sin ranuras (para evitar acumulaciones).
También influye la ubicación: si la tarja está en una esquina o junto a una pared, conviene que el escurridor esté del lado opuesto para no obstaculizar el flujo.
Al final, se trata de adaptar el mobiliario al trabajo, no al revés. Una tarja bien elegida puede hacer una gran diferencia sin que uno se dé cuenta… hasta que lo nota.
¿Buscas tarjas, mesas, lavamanos o mobiliario de acero que realmente resista el ritmo de tu operación? En Inoxall lo fabricamos a la medida. Contáctanos ahora y cotiza desde muebles especializados hasta soluciones completas para tu cocina o laboratorio. Tarjas con escurridor, campanas, racks, carros, todo en un solo lugar, pensado para durar y facilitar tu trabajo.