
Las tarjas industriales de acero inoxidable son una solución esencial en entornos donde la higiene, la resistencia y la funcionalidad son prioridades absolutas. Ya sea en cocinas profesionales, laboratorios o áreas de procesamiento de alimentos, este tipo de tarjas está diseñado para soportar un uso intenso sin perder sus cualidades.
A diferencia de las tarjas domésticas, están fabricadas con materiales de grado alimenticio y cuentan con características específicas que facilitan el trabajo diario y cumplen con exigencias sanitarias.
Su diseño robusto y su superficie lisa permiten una limpieza sencilla y evitan la acumulación de residuos o bacterias, lo que las convierte en una opción confiable para sectores donde la limpieza y la seguridad no son negociables.
¿Cuáles son las prestaciones que ofrecen las tarjas industriales de acero inoxidable?
Estas tarjas y lavamanos están diseñadas para cubrir las exigencias de limpieza y trabajo constante en espacios como comedores industriales, plantas de producción alimentaria, laboratorios y cocinas profesionales. A diferencia de los modelos residenciales, tienen una estructura reforzada, mayor capacidad y materiales con propiedades sanitarias certificadas, lo que permite manipular utensilios, ingredientes o instrumentos sin comprometer la higiene del área.
Una de sus principales características es su construcción en acero inoxidable de grado alimenticio, un material que no se oxida, no contamina y resiste tanto el contacto constante con agua como con productos químicos. Esto las convierte en una herramienta indispensable en procesos donde la limpieza profunda es parte esencial del trabajo diario.
Además, suelen tener un diseño funcional que facilita el flujo de trabajo. Sus bordes redondeados, superficies lisas y ángulos de fácil acceso permiten una limpieza rápida y eficiente.
También es común que se fabriquen con respaldos sanitarios o rebordes para evitar salpicaduras, así como con tinas profundas que se adaptan a tareas de lavado de grandes volúmenes.
Por lo tanto, no solo se trata de lavaderos comunes, sino de equipos especializados que cumplen con normas de sanidad y que están pensados para durar y rendir en condiciones exigentes.
Tipos de tarjas industriales según su uso
Existen diversos modelos diseñados para cubrir funciones específicas dentro de un entorno profesional. La elección del tipo adecuado depende del flujo de trabajo, la cantidad de utensilios o instrumentos a lavar y el espacio disponible.
Entre las opciones más comunes se encuentran:
- Tarjas de una sola tina: Ideales para espacios reducidos o tareas simples de enjuague. Suelen usarse en estaciones secundarias de limpieza.
- De doble tina: Muy utilizadas en cocinas y laboratorios, ya que permiten separar funciones como enjabonado y enjuague, agilizando el proceso.
- Con escurridor integrado: Incorporan una superficie inclinada junto a la tina para facilitar el secado de utensilios, evitando el uso de trapos que podrían contaminar.
- Con respaldo sanitario: Cuentan con un panel posterior que protege la pared de salpicaduras y facilita el mantenimiento de un entorno limpio.
- De tres tinas o más: Pensadas para procesos más complejos o donde se requiere una línea de lavado, enjuague y desinfección por separado.
Además, algunas pueden tener altura ajustable, soportes reforzados o diseño esquinero para optimizar el espacio. Estas configuraciones permiten adaptarse a distintas industrias sin perder eficiencia ni comprometer los estándares sanitarios.

Criterios para elegir la tarja adecuada
Seleccionar el modelo correcto implica considerar varios factores clave que aseguren un rendimiento eficiente y una larga vida útil. No todas las opciones funcionan igual en cada entorno, por lo que es importante analizar las necesidades específicas del lugar donde se va a instalar.
Entre los principales aspectos a tener en cuenta están:
- Dimensiones del área de trabajo: El espacio disponible definirá si se puede colocar una tarja sencilla, doble o incluso una con escurridor o múltiples tinas.
- Cantidad de utensilios o instrumentos a lavar: En operaciones con alto volumen de trabajo, es mejor optar por modelos con más de una tina o con zonas diferenciadas de lavado.
- Tipo de acero inoxidable: Lo ideal es que sea de grado alimenticio (como AISI 304), ya que ofrece mayor resistencia a la corrosión y cumple con normas de higiene.
- Tipo de instalación: Pueden ser de sobreponer, empotradas o incluso con base incluida. Esto depende del diseño general del mobiliario o del proceso operativo.
- Normativas sanitarias: En industrias reguladas, es vital que la tarja cumpla con lineamientos específicos que garanticen condiciones higiénicas adecuadas.
Al considerar estos puntos, se garantiza una elección funcional y segura.
Elementos que pueden incluir las tarjas industriales
Además de su estructura básica, estos equipos pueden integrar componentes que optimizan el trabajo diario y mejoran la higiene. Estos elementos adicionales no solo aumentan la funcionalidad, sino que también responden a requerimientos específicos de ciertas industrias.
Por ejemplo, algunas incluyen pedales de pie para accionar el flujo de agua sin necesidad de usar las manos, reduciendo el riesgo de contaminación cruzada. Otras incorporan grifos de cuello alto o giratorios, que permiten llenar recipientes grandes con mayor comodidad.
También es común encontrar modelos con rebosaderos, que evitan derrames al mantener el nivel de agua controlado, y desagües sanitarios diseñados para facilitar la evacuación sin generar acumulaciones.
Por último, muchas cuentan con soportes o bases reforzadas, regulables en altura, lo cual mejora la ergonomía del usuario y facilita la limpieza debajo de la estructura. Todos estos elementos pueden adaptarse según el entorno y las tareas que se realicen.
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